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Escribir para sanar tu interior



 

Escribir tiene muchos beneficios, entre otros, podemos encontrar que nos motiva a verbalizar lo que nos ocurre, tanto de manera externa como en nuestro interior. Al plasmar nuestros pensamientos en papel, estos pasan de ser abstractos a tomar forma y nos permite tomar distancia de la situación, al mismo tiempo que esto nos ayuda a reflexionar y a tratar de encontrar solución a los problemas que se nos presentan.


La escritura como forma de terapia nos brinda la posibilidad de acceder a nuestro potencial natural creativo, así como a descubrir nuestras emociones y pautas de pensamiento inconscientes; contribuye así a reducir el estrés mental, reforzar nuestra autoestima e incluso a fortalecer el sistema inmunológico. En definitiva, se pueden conseguir beneficios, tanto a nivel psicológico como a nivel físico en general, a través de la escritura terapéutica.

Podemos diferenciar tres procesos en el uso de la Escritura como forma de terapia:

  • Pre-escritura: Selección de los medios y formas para desarrollar el trabajo de escritura.

  • Escritura: Es el proceso de escritura en sí mismo, el cual configura la catarsis, donde liberamos nuestras emociones y pensamientos en el papel.

  • El proceso o lectura: Consiste en analizar e interpretar lo escrito.

Durante los tres procesos mencionados anteriormente tienen lugar actividades terapéuticas como el ordenamiento, la identificación, el reconocimiento y la regulación de lo que sentimos y pensamos. También nos encontramos funciones relacionadas con la reflexión y autorregulación emocional que nos permiten, como testigos conscientes, observar nuestros propios miedos, obsesiones, fobias, traumas, prejuicios, valores, etc.


Escribir experiencias traumáticas, un diario personal, nuestros sueños, poemas, relatos, una carta imaginaria, a un amor del pasado o la simple escritura automática e instintiva nos pueden ayudar a saber más de nosotros mismos, a cambiar patrones de pensamientos, a transformar lo negativo en positivo, a realizar nuestra creatividad e imaginación dando forma a nuestras experiencias, así como sentido ético y estético a nuestra vida.


Uno de los mayores beneficios que tiene la escritura terapéutica es el desbloqueo emocional. Al igual que cuando hablamos, al escribir realizamos un ejercicio cuya dirección va de adentro hacia afuera, de esta manera liberamos lo que llevamos dentro, efectuamos un desbloqueo emocional muy intenso, ya que nos adentramos en regiones de la mente que necesitaban un lenguaje para ser manifestadas y, por consiguiente, reconocidas.


Al hacer consciente lo inconsciente logramos sanarnos; lo que antes era un miedo irracional o una acción neurótica y compulsiva puede convertirse en un hecho cuyas causas quedan desveladas y así accedemos a comprender el origen latente del bloqueo emocional.


A veces solamente necesitamos tomar un pedazo de papel, un lápiz y permitir que nuestro ser interior se exprese a través de las palabras.


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